A muchos les puede parecer una locura, pero comenzar el día así a mi me parece un auténtico privilegio. A primera hora del día y a estas alturas del año la playa está casi vacía, solo los habituales del baño o el paseo rondan la orilla y, a medida que vamos arrancando hojas al calendario y nos adentramos en el otoño vamos perdiendo efectivos.
Todavía el agua no está fría, a unos 19 grados hoy. Con el paso del otoño y la entrada del invierno la temperatura bajará hasta los 11 o 12 grados. Los baños en agua fría estimulan la circulación y la función respiratoria, tonifican y fortalecen el cuerpo. El agua salada contiene zinc, yodo, potasio y oligoelementos. Su contenido en magnesio dicen que ayuda a calmar la ansiedad. Además, su contenido en yodo favorece la recuperación de músculos en ciertas lesiones.
Recomiendan no darse más de un baño de agua muy fría al día ya que las funciones vegetativas tardan más de dos horas en normalizarse. Si es posible es mejor a primera hora de la mañana, cuando los vasos sanguíneos están más cerrados y el enfriamiento es menor. Antes del baño conviene realizar una pequeña caminata o calentamiento para acondicionar el cuerpo. El tiempo de estancia en el agua recomendado es de 10-15 minutos (si el agua está muy fría el tiempo será menor, entre 3 y 10 minutos), pasado ese tiempo recomiendan salir, atemperarse de nuevo y volver a entrar si se desea. Una vez terminado el baño hay que realizar algún ejercicio físico para devolver la temperatura normal al cuerpo.
Fuente: Salud por naturaleza (Ernst Schneider,Esther Malaxetxebarría,Jorge D. Pamplona Roger) Editorial Safeliz
