Nueve de la manaña, dos de los bañistas habituales de la segunda de El Sardinero se aventuran a desenterrar unas piedras medio hundidas. Las colocan en la orilla para que los servicios de limpieza las puedan retirar. Uno de ellos coloca en la cumbre un pequeño coche de juguete que se acaba de encontrar. La foto estaba servida. Parece que nos quieren dejar un mensaje claro: cambia tu ritmo de vida, aparca las prisas junto al mar y disfruta del paisaje.
Desembarcando en la Primera de El Sardinero
Mañana gris de julio. Las nubes de lluvia acechan y la playa, vacía, esperando días mejores.